BIOFILIA

Y si pensamos en ejemplos cercanos, la biofilia nos ayuda a explicar por qué nos sentimos hipnotizados por las olas, por el crepitar del fuego de una hoguera, el viento en la cara o la brisa del mar con su olor a salitre, por un paseo por un parque, más si es descalzos sobre la hierba tierna, o al ver las flores de un árbol en invierno o el cálido sol en la cara en un día gélido de invierno.

Como especie, hemos pasado el 99,9% de nuestra evolución en la Naturaleza, por lo que nuestra fisiología sigue adaptada a ella y la conexión sigue impresa en nuestros genes como el más puro y básico instinto de supervivencia.

Nuestros ancestros habitaban espacios verdes que indicaban la disponibilidad de agua, alimentos y demás recursos para cubrir sus necesidades. Que les cobijasen y protegiesen, a la vez que les permitiesen divisar a los depredadores y la caza.

Hoy en día tenemos las necesidades básicas cubiertas, pero nuestro instinto continúa latente y los espacios que nos hacen sentir “en casa” y nos permiten reducir el estrés y aumentar la productividad son los que nos proporcionan esa sensación de protección y nos conectan con la Naturaleza.

Lógicamente, el mayor impacto con elementos biofílicos se logrará en donde más nos hemos desconectado de la Naturaleza, en los entornos urbanos que no han dejado de crecer desde la Revolución Industrial al mismo ritmo que la pérdida de Naturaleza en la sociedad.

Pasamos un 93% de nuestro tiempo encerrados, o dicho de forma más suave, en espacios cerrados, y cada vez estamos más conectados a una tecnología que nos hace dependientes y nos desconecta de la Naturaleza, viviendo bajo la presión del entorno urbano que nos mantiene alerta constantemente con gran cantidad de estímulos. (*fuente Interface.com)

Con un deseo constante, que se va convirtiendo en necesidad, de hacer “escapadas” para “desconectar”.

A la par, se disparan las enfermedades relacionadas con el estrés, provocadas por estos tres factores, y la OMS lo ha clasificado como la pandemia de este siglo. La pandemia del COVID-19 y el confinamiento han sido otra señal de aviso de nuestra necesidad de Naturaleza, y crece a conciencia pública, privada e institucional para mejorar la salud y bienestar en todos los niveles de la sociedad.

Reincorporar la Naturaleza a los espacios que habitamos, con las claves sensoriales y las características espaciales de la Naturaleza, ha demostrado mejorar la salud (podemos disminuir el estrés, la presión arterial y la frecuencia cardíaca), el estado cognitivo (aumentar la productividad y la creatividad) y el estado emocional.

La herramienta para reincorporarla es el diseño biofílico, que se inspira en la naturaleza y se centra en las personas para cubrir sus necesidades en los espacios que habitan. Por tanto, va mucho más allá de la estética; mejora la salud, contribuye a reducir los costes y mejora los resultados en el entorno construido.

El informe de Terrapin Bright Green, desde un punto de vista neurocientífico y psicológico, se centra en lo que ocurre en nuestros cerebros al conectarnos con la Naturaleza. VER INFORME